sábado, abril 08, 2006

Los Taxis

Subirse en un taxi se está convirtiendo en un peligro.

Sí señores y señoras, los amigables taxistas limeños, tan conversadores y bromistas (que hacen del viaje una conversación intensa y el trayecto corto) se están convirtiendo en un nuevo peligro urbano, un temor más para nosotros.

Hace tiempo yá, escuchamos casos de delincuentes denominados "mata-taxistas", en ese entonces éllos eran una pobres víctimas.

Los tiempos han cambiado, ahora escuchamos noticias referidas a taxistas que "mañosamente" aprovechan cualquier descuido para quedarse con alguna prenda, maleta o celular, o de aquellos que te dan monedas o billetes falsos con el vuelto. Los taxistas ya no son tan confiables, salvo excepciones.

Recuerden el caso del taxista violador y de los taxistas que con el supuesto "olor a burundanga", crearon pánico en Lima. (A propósito, la palabra "burundanga" sólo fue escuchada por mi en una canción de Celia Cruz y Ángela Carrasco)

Ahora los taxistas se volvieron "choros", sí. Ahora asaltan en complicidad con otros que suben (inconsultamente) al automóvil para consumar el maltrato y robo de inocentes pasajeros. O les quitan el dinero o los secuestran para llevarlos a algún cajero electrónico.

Cómo hacer para que esto no ocurra más? esa es la pregunta. Cómo le hacemos.

Ayer un "ya viejo taxista" me contaba que gracias al sistema GPS (que es un sistema satelital para saber en qué coordenadas se encuentra el carro) logró recuperar su auto a la media hora de haber sido robado. Inclusive atraparon a uno de los ladrones.

También contaba que en ese robo vehicular le robaron la mica y cinta de su carnet del SETAME, obviamente lo usarán con algún carnet falso para crear confianza en los incautos pasajeros.

Me recomendó que los pasajeros deben observar bien el rostro del taxista y en especial sentir la "vibra" del agresor. Me dijo. "cuándo a uno le van a asaltar, uno se dá cuenta...uno lo siente, sabe lo que va a ocurrir, por eso hay que reaccionar antes del asalto.." y comentó que en ocasiones sorprende al asaltante con cosas inusuales: "ahí está mi primo, deténgase!" o "...me siento mal voy a vomitar, detenga el carro" etc.

Es difícil predecir el mal, pero creo que no estaría demás tomar precausiones: tome un auto con señales de taxistas formales, "casquillo" de taxi en el techo, pintura en buen estado y cuyos rostros parezcan confiables: no cicatrices, sí aseados, bien peinados, con ropa formal, el auto limpio.
No sé si habrá más, pero por ahora eso es lo que puedo decir.

Hans Gutiérrez