martes, noviembre 21, 2006

UN PAPÁ EN PROBLEMAS

Era lunes por la mañana y como es habitual me ubiqué en el asiento trasero de la "combi" que me llevaría al trabajo. Ustedes saben…estos colectivos merodean lentamente por la pista como sabuesos para luego abalanzarse como locos al ver a un pasajero.
Yo estaba distraído mirando una revista, cuando de pronto escucho: ¡¡SÍ CARAJO…ESA MUJER ES UNA C…..!!, asustado lo veo entrar, el gritón se sienta a mi costado diciendo más groserías. Al toque identifico cicatrices en su rostro y brazos. La ropa es de "palomilla" y siento su aliento de borracho. No hay escapatoria: huyo como un cobarde o enfrento el peligro valientemente.

Preventivamente, y para no parecer un "punto", me abstengo de mover un músculo de la cara, no debo mostrar mi miedo. Sigo mirando las calles a través de la ventana mientras él sigue hablando en voz alta: "…¡¡no puede ser pe', es injusto...mujer de mierda carajo!!!!!..."

¿Qué michi le pasa a este compadre? digo para mis adentros, mi lado de psicólogo evalúa: ¿paranoide?, psicótico? Nada…afino mis emociones y lo identifico: sólo es un borracho con cólera, está asado y cómo buen "barrunto" comparte su molestia con los que están a su alrededor.

Respiro aliviado, no viene a robar. Está llorando, pero no doblegado…llora rabiando y rezongando. Me hago el loco pero es difícil. Ahora él se dirige a mi, gesticula, mueve las manos estalla en cólera y sigue hablándome sin parar.

Intento no mirar. Me siento intrigado, parece que éste muchacho tiene un problema con su mujer y he escuchado que sufre por su hijo. Me acuerdo que soy psicoterapeuta y a pesar de todas las recomendaciones de mi voz interior, me atrevo a voltear y mirarle directamente.

Me grita: "No puede ser pe' señor…las mujeres son una mierda si o no?". Miro su rostro. Es joven, no debe tener ni 20 años pero es fiero y su voz es muy áspera. Voy más allá y me animo a preguntarle: ¿porqué?.

He entablado una conversación. El muchacho me dice que tiene un hijo, de tres añitos al que adora: "Yo soy un palomilla pé, me recurseo como puedo pé…¿me entiende?" me dice. Es un choro me digo yo.

"Yo trato de ser un buen padre señor...mire el viernes conseguí 100 soles y hoy se los dí a mi mujer…..yo estoy separado de ella…y me los tiró en la cara !! mire…mire mi hombro varón…(se baja el polo) estuve cargando latas para llenar un techo señor….me gané esa plata y se la dí a ella. Ella me dijo: que para la alimentación de mi hijo "eso" no sirve y me la tiró por la cara señor….buuuu!!!!! (llora)

"Yo quiero mucho a mi hjito, lo veo chiquito y tiernito señor, quisiera darle todo lo que la vida no me dió. Mire señor…yo de chiquillo no tenía ni para mis zapatos señor, andaba con unos regalados, a veces eran muy grandes. Yo he sufrido mucho y no quiero que mi hijo sufra igual que yo. Sí usted lo viera…anda limpiecito y bien cambiadito…es mi orgullo!!!" (buuuu!!)

Me siguió hablando, de su ex–mujer, la familia de ella y más detalles domésticos, pero lo que realmente me impresionó fue el afán de este hombre por querer ser un mejor padre. Hay tantos que son tan indiferentes...

Tal vez no sea el mejor, pero en medio de su borrachera identifica algo esencial…aquellas cosas que quiere dar con amor, ¿será revancha? ¿Una necesidad de compensar lo que la vida le negó?, esa característica tan humana de querer hacer feliz a quien se quiere a pesar de no saber cómo hacerlo. Le digo: "…intenta ser mejor persona con ella y serás un orgullo para tu hijo.."

Era incontrolable el chorro de cosas que me contaba, lamentablemente debía irme, mi paradero se acercaba y debía cortar. "---gracias varón...", me dijo. Chau, chau flaco y le doy la mano.

Con pena dejo esta combi. La veo alejarse, otra vez como un sabueso buscando un pasajero.


Hans Gutiérrez